martes, 17 de junio de 2008

La costumbre

Cuando le vi supe que no me caería bien, que me mentiría.
Y acerté.
La mentira es como la guarida del animal herido, de la alimaña fugitiva. El último reducto, el lugar donde esconderse agazapado. Y esperar. Y defenderse obstinadamente de una realidad que teme, que no le favorece.
Ayer no me extrañó acertar, pero me molestó hacerlo. Quizá porque era mi cliente. O quizá me fastidió comprobar que no me importaba que me mintiera, que lo esperaba, que me he acostumbrado.

23 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay costumbres que se hacen sin que uno apenas se dé cuenta. Y son bien molestas. Menos mal que hay otras que las mitigan, las compensan y después, las superan con creces.

Dulcinea dijo...

Clavadito, Néstor. Has descrito exactamente lo que siento muchas veces con mis quinquis. Tal cual.

Que sepas que has desarrollado un radar que te será muy útil para acertar en tu quehacer.

María dijo...

que te mientan sienta fatal siempre. Que te mienta un cliente es absurdo, ¿no estás para defenderle?... A mi a veces también me pasa, conozco a alguien y un sexto sentido me dice si vamos o no a llevarnos bien.... a veces acierto!

Anónimo dijo...

La mentira nos hace tímidos, retraídos, cobardes... la mentira no trae nunca nada bueno. La sinceridad, en cambio, a veces es dura, como un golpe seco que nos deja sin respiración unos instantes. Pero compensa siempre, siempre, siempre... Gracias, Néstor!

Néstor dijo...

Sí, MARTA, tienes razón. A veces, no sé si te pasa, solo me fijo en lo malo. En las costumbres malas. Y las otras, las buenas, superan con creces al resto.
DULCINEA, es un olfato especial. Hace unos días alguien me preguntaba cuándo sé que alguien miente... Además de algunos datos objetivos que le dí, le dije que es una intuición... Un algo, un radar, una bombilla roja que se enciende.
A veces sienta como un tiro, MARÍA, pero en el caso de los delincuentes ya es un ritual. Nunca les pregunto "qué pasó" sino "qué decimos que pasó" y evito que me mientan demasiado.
JUANJO, la mentira a veces compensa a corto plazo porque sales airoso de un escarceo. Pero al final no vale la pena porque pierdes la guerra.

Nodisparenalpianista dijo...

Qué asco de tío.

Libi dijo...

pasé a saludar
BESOS

R. Gª. ALDARIA dijo...

Peor que tu costumbre, que como comparto profesión la veo normal y muy sana, es que los Jueces también se han acostumbrado, lo saben, y, a muchos, les da igual. El delito de falso testimonio es el menos perseguido en España, y mira que hay otros delitos que pugan con él en dura competencia.

Er Tato dijo...

Pues fíjate que yo creo que lo que te fastidió realmente fue que no te hubieras acostumbrado todavía. Que aún te importe que te mientan aunque lo esperes.

Pero sólo es intuición, Néstor. Sólo eso. Quizás haya sido tu tono de voz al escribirlo o la expresión de tu cara al pensarlo...

Un abrazo

María dijo...

vaya.... mentir en un juicio sabiendo que estas mintiendo... muy sucio no? ¿y tu no puedes hacer nada? consigues que la justicia me vaya desencantando poco a poco. Ya casi no creo en ella....

Altea dijo...

Por desgracia no creo que sea ninguna novedad.

Dulcinea dijo...

Yo tampoco confío en la justicia.
Eso de que dependas del juez que te toque es indicativo que cada uno aplica la ley como le sale de la toga. Sin contar con testigos perjuros, o demás irregularidades que ya se dan por normales. Por no hablar del ministro de la cosa, el del país en colores.

Ludmila Hribar dijo...

Ay Nestor, la mentira es como un "peso pesado" de nuestra sociedad que nos obliga a convivir con ella. Es fundamental ser perceptivo y te felicito. Ayuda a defender la verdad a tiempo. Y conste que esta vez mi mensaje es serio;)

Néstor dijo...

Sí, PIANISTA, qué asco. Además le olía el aliento a cieno.
DAKY, pues gracias por el saludo, ja, ja...
RAMÓN, tienes parte de razón, pero solo los testigos están obligados a declarar y a decir la verdad. El resto, sobrevive como puedas... Aún así, me asquea la mentira (más que el Barça).
Hum, TATO... esa capacidad tuya de leer entre lineas me hace pensar que nos conocemos o que pensamos igual en demasiadas cosas. No sé si será bueno para tí o para mi.
Ya siento MARÍA, que la visión de la justicia que te doy te pueda desencantar. No es mi intención, de veras. No olvides que en un juicio uno va a defenderse, no a poner la cabeza en la guillotina... Y está en su derecho de mentir (aunque resulte increíble).
ALTEA, te veo un poco negativa últimamente. Hace un tiempo alguien, de buen corazón, me decía que no sabía mentir y que no le entraba en la cabeza que la gente le mintiera... Yo me sonreía, pero pensé en lo bien que iría todo con más gente como esa.
Ay, DULCINEA, Dulcinea... El sistema está lejos de ser perfecto, pero al menos contamos con dos instancias a las que acudir con tu asunto...
LDUJMILA, la mentira es como el típico amigo indeseable al que nadie ha invitado a la fiesta... Pero aparece y hay que aguantarle. Me gustó lo que dijiste.

Paco Becerro dijo...

Es lo que dice el Dr. House, que todos sus clientes (pacientes) mienten.

Y recuerdo que se decía que solo hay que decir la verdad siempre a tres personas, al médico, al confesor y al abogado.

Qué desastre.

Menos mal que tu le pillas las mentiras...

Nodisparenalpianista dijo...

No sería el aliento, Néstor, sino algo de más adentro. Anda, cambia de tema que me da mal rollo tener que hablar de cosas de esas, hombre.

Dulcinea dijo...

No entiendo lo que me has dicho, Néstor.

María dijo...

ya, pero en vez de mentir ¿no podria callarse? ¿hay obligación de declarar y no hay obligación de ser veraces?... No te preocupes que luego contarás cualquier otra cosa y volveré a creer en la justicia!

Néstor dijo...

Nada, nada, FUTURO BLOGUERO, si es que este mundo ya no es lo que era: ¡ahora se miente hasta al abogado!
Hum... PIANISTA, cambiaré de tema.
DULCINEA, lo que quería decirte es que no dependemos de lo que piense un único juez. El sistema español prevé dos instancias y un completo sistema de recursos, precisamente para evitar la arbitrariedad... No siempre la evita, es cierto, pero de alguna manera da alguna seguridad.
No, MARÍA, el derecho a defenderse incluye también -tácitamente al menos- el de mentir para salvar el cuello. Es curioso, pero es así.

Dulcinea dijo...

Ahora te he entendido, Néstor, gracias por la aclaración.

No te lo tomes a mal (por lo que nos cuentas en tus entradas, eres un buen profesional) pero a la vista de cómo funciona el sistema judicial, yo me fío poco.

AleMamá dijo...

uh! que duro, pero qué real. Lo más terrible es cuando miente un hijo por alguna cosa de poca monta generalmente, y si tu lo pillas, ¡se ofende porque no le crees!
Está muy bueno tu blog. He venido en cada entrada. Saludos y nos leemos, al menos yo, sí.

Minúscula Martínez dijo...

No es por incordiar...pero parece que lo que te falta, es resignación.

Mienten los clientes, los maridos, los amantes, los curas....

B x C

Néstor dijo...

DULCI, haces bien en no fiarte, haces bien. Y haces bien en evitarlo, si puedes.
ALEMAMÁ, es duro que te mienta alguien cercano. Es duro, sí. por supuesto que te leo, no con toda la periodicidad que quisiera, pero lo hago. Muchas gracias por pasarte por aquí.
MAGHENTA COMUNICACIÓN (uf...), bienvenida: estás en tu casa. Me falta resignación, pero no la quiero. Resignarse es darse por vencido, es venderte a un precio muy bajo. No te recomiendo que te resignes.