viernes, 22 de enero de 2010

Uh!

“Uh
is
the
sound
that the mother makes when the baby breaks”



[Y ahora –veintiséis años después– volverá el grito, el dolor, el desmayo. Abrirá mi carta y leerá una y otra vez que su hijo estará en prisión los próximos 725 días de su vida. Necesitará sentarse y llorar y dejará que la carta se caiga al suelo y no querrá consuelo. Y quizá decidirá entonces que permanecerá cada uno de esos setecientos veinticinco días a su lado, cerca de él, para lo que quiera. Aprenderá a leer y escribir solo para mandarle cartas. No, no lo abandonará, aunque haya hecho las cosas mal, aunque haya malgastado su vida. Es su madre. Seguirá a su lado]

lunes, 18 de enero de 2010

The road

Piensa –deprisa– una lista.
Y pensó. Cocinar contigo. Montar en bici. Subir montañas. Tumbarnos en la hierba. Ver las estrellas. Mirar el valle. Viajar. No hacer nada. Trabajar. Soñar con cada amanecer. Pasear de noche. Azul. Verde. Sentir el viento en la cara. Oler a tierra mojada. Caminar bajo la lluvia. Ansias de eternidad. Praga. Roma. Paris. Nueva York. Estocolmo. Una cerveza. Dos tintos de verano. Mi paella. Nieve. Frío. Calor. El mar. Noches de Luna llena. Mi inglés. Tu castellano. Una promesa. Tous.
Y eso –todo eso–, ¿cuánto nos durará?
La eternidad.
¿Lo sabes?
No, pero cuando se termine pensamos en más.
¿Sin planes?
Sin planes.
Una sorpresa.
Me encanta.