1.
Se echó a llorar. No llores, mujer, le dije. Déjame que me desahogue, contestó. Había aguantado las mentiras y excusas de su marido durante dos horas y necesitaba reventar. No dije nada. Lloró mansamente y en silencio.
2.
Entré en la empresa, última y orgullosa planta de un rascacielos de Madrid. Tristeza, ceniza y polvo. Cajas en el suelo, luces apagadas, esqueletos de dinosaurios, decadencia, regulación de empleo, concurso de acreedores. Y abogados en una mesa, discutiendo, mordisqueando despojos.
3.
Cansancio, astenia primaveral, ardor en la sangre.
Y ahí os dejo una buena canción de Train ("Hey, soul sister") que oí esta navidad y huele a verano, a sal, a mar, brisa y verde.
8 comentarios:
Descansa, hombre. Luego escucho la canción.
¡Ey, qué bonita canción! Aunque la historia esa de Madrid suena triste..., ¿de qué va?
Jo, sigo sin oirla... Dame tiempo!!!
¿has probado el tai-chi? ;)
¿ Pensaste en el yoga? A lo mejor te venía bien en esta época
Si que debes estar cansado. Hace un mes que no escribes....
Toc, toc, toc
¿hay alguien al otro lado o este chat está abandonado?
Lo digo porque hay unos ocupas por aquí que amenzan con entrar y montar una chuletada...
Es una lástima que Néstor no haya posteado nada en su blog desde Mayo. Esperemos que vuelva pronto y retome el excelente trabajo que lleva ya hecho. Un saludo, Sergio.
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