sábado, 18 de junio de 2011

De lo que está o no está bien

Se cuelan en bodas, en los bares, en las fiestas de tu peña y en la berbena de pueblo. Escuchan atentos, apuntan, cuentan los altavoces, las televisiones e informan cuidadosamente a sus jefes. Y en Madrid, en algún despacho cuidadosamente decorado de zen buenrollista, un empleado de la SGAE recibe la denuncia del comisario político y cuantifica la sanción. Reclama, exige y demanda rabiosamente por sus derechos.
El viernes nos sentamos en la sala del juzgado de lo mercantil, el abogado de la SGAE, mi cliente y yo. La demanda carece del más mínimo sustento probatorio: la declaración del espía, que se había pasado por el pub un par de años antes y que en cinco minutos había escuchado con claridad una canción de Melendi y otra de Dire Straits. Es una locura, me dice el DJ: jamás pondría a Melendi, pero es que dudo que el programa te deje poner a los Dire después. Oiga, ¿cuál es el ambiente musical del Pub? Pues hacemos jazz fusión, con toques percusionistas, indie electrónico alternativo de poca intensidad que permite hablar y bailar... Y además tenemos música en directo. Ah, dice el abogado de la SGAE, ¡música en directo! Miro extrañado, ¿habrá dado con el pecado? Y... ¿está vd. seguro de que nunca, en ninguna ocasión, ninguno de los grupos que ha tocado estaba asociado a la SGAE o interpretaba canciones de artistas asociados? Pues mire, creo que no. ¿Cree o está seguro? Pues mire, dudo que The Coliflowers hayan versionado a los Rolling...
¿Y la televisión?, pregunta el abogado contrario. Pues la pusimos para ver los partidos de la Champions y la Liga. ¿Y en los descansos se queda puesta? Pues mire, no lo sé, nos levantamos a repostar. Me quedo pensando. ¿Si en el descanso aparece Bisbal o el Waka Waka hay que pagar a la SGAE? ¿Tendré que pagar por llevar la música en el coche? ¿Y los taxistas? ¿Y en mi despacho? ¿Podré correr con el ipod o vendrá el espía detrás de mi? ¿Qué ha pasado en este pais para que permitamos que esto suceda?
A veces, solo a veces, añoro la simple y despreocupada infancia donde sabíamos qué estaba bien y qué mal. Eso se vale, decíamos, o no se vale.

5 comentarios:

Nodisparenalpianista dijo...

Pasa que estamos en un país de choris con amparo legal o sin él. Lo que nos pase nos lo merecemos por idiotas.
Por no hablar de los puros en las bodas.

patzarella dijo...

me recordó un poco a la KGB, y, por ciertoooo, podrías hacer una novela de todo esto... ;)

Néstor dijo...

PIANISTA, de choris, de débiles mentales y de cretinos que no sabemos defendernos de un atajo de progres cuentabilletes.
Pues sí, PATZARELLA, es un poco lo mismo. Lo importante es la delación, el chivateo... ¿Una novela? Vale, yo escribo y tú me buscas alguien que me lo publique. Y nos forramos los dos, ¿no?

Nodisparenalpianista dijo...

Pensaba que era Tribulistos, cosas subliminales, como si dijéramos.

Carolinarome66635 dijo...

estoy de acuerdo con Nodisparenalpianista.. estamos en un pais de choris con amparo legal o sin el... la purita verdad. Carol - casas en venta