Antes, justo antes de que Fernando se quedara amodorrado en el banquillo, oyendo como la fiscal y yo llegábamos a un acuerdo (cinco fines de semana de internamiento en centro), estábamos sentados en estrados la juez, el secretario, la fiscal, la del equipo técnico y yo. Togados, serios y más bien distendidos.
Sonó el teléfono en la sala, era la Guardia Civil a punto de trasladar a un menor, con uno de esos complicados problemas suyos: que si podían venir vestidos de calle o tenían que comparecer con el uniforme.
No lo pude evitar: –dígales que vengan disfrazados de primera comunión.
El resto sucedió según el guión previsto.
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18 comentarios:
Néstor, aunque disfruto mucho las historias alegres y lo paso muy bien con las anécdotas divertidas, me gusta que traigas estos trocitos de tu vida profesional porque me hacen pensar: a veces me hace falta que me devuelvan los pies al suelo. Gracias por eso.
jajaja... menudo sentido del humor! hasta en situaciones como la de Fernando! Asi da gusto!
¿fueron vestidos de "marineritos"?
Néstor es mi primera visita a tu blog...me pareció que a anécdota es real y por eso me gustó... por el sentido del humor final, cuando al principio parecía que venía todo serio.
Nos vemos.
te invito a visitarme. bsss.
Le pregunta tiene más miga de lo que aparenta. Cuando se trata de menores, no se les dan pautas, sin embargo sí que se les recrimina la actuación.
A mi juicio los más profesionales siempre fueron los del GRUME. Sabían intervenir con eficacia, rapidez y sin pisar callos.
He estado leyendo las últimas entradas. Cómo escribes, Néstor.
A mi me gusta como se mezclen en este sitio las historias alegres con otras más duras (a esas el lector les puede poner su punto de esperanza). La vida...
¿Y qué siguió después?
Marta, por lo que te leo no me creo que nadie tenga que venir a ponerte los pies en el suelo; me alegra que disfrutes: trataré de prodigarme un poco (entiendo que las de bicis te tuestan un poco, bien, bien).
No María, finalmente creo que vinieron de paisano, pero yo no me quedé a verlos.
Mónica, bienvenida. Vuelve siempre que quieras. La anécdota, como el resto de entradas, son reales, aunque no lo parezcan (de ahí el título del blog).
Dulcinea, me guardo mucho mi opinión sobre los becerros del GRUME (ups, ¿dije becerros?). No sé cómo será en tu ciudad, pero aquí... Pues eso.
J., creo que me lees con demasiada benevolencia. Pero sí es cierto que, cuando escribes sobre la vida misma, el resultado no puede ser otro que el juego de los claroscuros.
Patzarella, además de provocar la risa de todos, creo que no logré mi propósito. La juez no dijo nada, así que finalmente los guardias civiles vendrían de paisano (pero, ¡ah!, que habría pasado si se lo llega a decir).
Solo te saludo, mañana te leo.
Amigo, estás hablando de gente disciplinada y acostumbrada a obedecer "perinde ac cadaver". ¿Y si les metían un puro por no ir vestidos correctamente?
Estoy con Jesús. Y con tu chiste también.
Jesús, yo también -como no puede ser de otra forma- estoy de acuerdo contigo. No olvides, no obstante que la juez no es la que les debe autorizar a ir o no con uniforme.
Pianista, qué bueno verte por aquí, con la que tienes montada en tu casa.
Néstor, qué cambio de imagen! Acabo de llegar de lo del Pianista...
Qué duro fuiste con ellos. Jeje
Yo me quedo con lo de Fernando, tienes un curro!!!!
Tu eres un cachondo...
A mi la guardia!!! (Civil)
Altea, allá donde fueras... Y en el garito del pianista reina el descontrol y despiporre.
Álvaro, he de reconocer que mi problema (y desconfianza) en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado se ha cronificado.
Ángel, yo también me quedo con el problemón de Fernando, pero reconocer que hay que darle un poco de salsa a la vida (que si no, nos ponemos tan serios que se nos agría el carácter).
FutBlog, un cachondo no, digamos que un poco graciosillo (pero sólo de vez en cuando: habitualmente soy serio como una piedra, que si no aparecen por aquí Marta/María y me montan el chat).
Supongo que si llamas becerros a los Guardia Civiles tus motivos tendrás. Y los respeto.
Cuando te hablaba de la profesionalidad de los del GRUME es por comparación con los Mozos de escuadra. No sé a éstos qué les llamarías.
En fin, !aupa, Fernando!
Pues el caso es que con los Mossos no he tenido ningún contacto; pero no descartes que mi opinión no cambie (grunch...).
He de reconocer, no obstante, que en esto -como en muchas otras cosas- mi opinión es demasiado radical. Haré que me lo miren.
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