Según fueron pasando las horas del sábado noche, el pelotón de ciclistas se quedó reducido a Jorge y a mí, así que el domingo a las nueve de la mañana cargamos las bicis en su coche y nos fuimos a Río Frío. Después de las típicas cuatro palabrejas de rigor –que chatarra de bici tienes, pues tú mas, pero si es un hierro, envidia la tuya y tal–, Jorge se sintió en la obligación de explicarme el lugar sobre el que estábamos pedaleando; bastaron doscientos metros para darme cuenta de que salir con Jorge en bici es algo más que salir en bici: es una clase de botánica, de geología, biología, hidrología, de disfrute existencial, de amor a la naturaleza y a la vida... Además de subir y bajar durante cuarenta kilómetros, pudimos disfrutar de unos paisajes que olían a verde y a vida, suspirar con no sé qué mariposas de varias colas y vuelo errático y suicida, admirar nenúfares amarillos y árboles, arbustos y cardos de todos los tipos y tamaños; y el agua –¡agua!– del río y arroyos que salían de debajo de las piedras; y el cielo allá arriba, azul y limpio y dos ciclistas sudorosos y sonrientes aquí abajo. Sonrientes, sí: y ahí va la prueba. Os presento a Jorge, procurador y amante de la naturaleza (espero que excuséis la ausencia de la chatarra sobre la que pedaleaba mi amigo).
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6 comentarios:
Un saludo Jorge...
¡¡qué envidia de entrada!!! me voy a hacer con una chatarra yo también para "excursionear" por la sierra de Madrid!!! aunque a mi me va más lo de pasear y hablar... pero un poco de ejercicio no vendría mal! jejeje
Eso, eso: ¡¡envidia!! -pero sana- por la excursión, sí y por la entrada. ¡¡Qué bien escrita!!
Yo con la naturaleza no me llevo muy bien... Uno, que es muy de ciudad...
Se observa que eres un gran ciclista, al menos por el tiempo que le dedicas.
Eso me trae recuerdos porque no hace mucho yo andaba seguido. Se extrañan esas aventuras...
(Dirás que parezco un viejo; diré que no lo soy y que debo volver a salir).
María, por Madrid hay unas rutas preciosas que te permiten hablar a la vez que pedaleas.
Marta, gracias y ánimo con el 30-J.
Juan Ignacio, debes volver a salir. Y si ves una mariposa, fíjate si tiene cuatro colas.
Álvaro, reconcíliate con el campo y las hormigas.
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