Se llamaba Teresa. Era joven y tenía un Opel Corsa.
No me puedo imaginar en qué pensaba mientras se bebía el “Acuarius” y se fumaba el último cigarrillo. Aparcó el coche en el arcén, junto a unos árboles. Roció el coche con disolvente inflamable, se tumbó en los asientos delanteros y abrió las ventanillas para favorecer la corriente. Entonces se prendió fuego. Eran las diez de la mañana y su familia la esperaba para comer.
Ayer levantaron el secreto de sumario y pude examinar las actuaciones. Pavoroso.
Anoche cené fuera: –qué te pasa Néstor, que estás silencioso. –Nada. La vida, que me da vértigo…
Teresa, la dulce Teresa, ¿qué te faltaba? ¿Qué te hizo la vida para que la tiraras a la basura? Ahora solo eres un número de siniestro, de diligencias previas, una declaración de herederos…
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12 comentarios:
Da un vértigo terrible pero mucho más cuando se oyen historias como la que has contado. Impresionante y tristísima...
Siento de veras contar algo así, pero es que me ha dejado seriamente "tocado".
Sinsabores que hay que enfentar en nuestra profesión... Y es imposible desligarlo de la vida diaria...
Me quedo paseando por tus letras...
Un Saludo de una colega venezolana!
Creo que haces muy bien contándolo, Néstor. Es importante hablar de todo: de lo bonito, de lo divertido... Y de lo rutinario, de lo anodino, de lo malo, de lo feo, de lo duro, de lo difícil...
Así se aprende y se enseña. Uno se desahoga y todos valoramos mejor lo que tenemos.
Y encima lo escribes estupendamente. Llegando bien dentro pero con delicadeza. Ole.
Jo. Pobre Teresa. U nombre tan bonito. Ánimo, abogado.
Tremendo, verdaderamente. Pobre Teresa, sí.
Perder es una cosa tremenda, pero "querer perder", abandonar la vida por la puetta de atrás, es dramático...
Barquisimetana -bienvenida, por cierto- espero que te guste el resto de mis letras; creo que el tono general es un poco más optimista.
Marta, gracias mil. Creo que sabes bien como es este ritmo de vida, así que no te digo nada más.
Pianista, el nombre es bonito porque se lo he puesto yo; como es obvio no es su nombre original, aunque se parece.
Tremendo, Carlos. No creo que haya problema suficientemente grande como para justificar la "huida" de Teresa, pero a veces la cabeza no funciona como debiera. Recemos para que no nos toque.
Decían los Machado que morirse es llevarse cada cual su secreto... ¿Se lo contará Teresa al fin a Alguien? Que, probablemente, ya lo conozca.
Igual de terrible es que el procedimiento elegido muestra que estaba pidiendo a gritos que alguien se interesara por ella. Al menos ha conseguido que recemos.
Como se suele decir, espero que nunca te acostumbres a estas cosas.
He pensado mucho en Teresa -Enrique- y no consigo descubrir su secreto; supongo que solo Dios lo sabrá. En efecto, Jesús, solo cabe ese remedio: rezar por ella y por los que se quedan aquí.
Altea, yo también espero no acostumbrarme... Miedo me da ser una piedra.
Su secreto es de ella y se lo ha llevado a la tumba, es muy triste, he vivido por desgracias situaciones así a mi alrededor... y es muy doloroso.
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