El niño pidió el teléfono: –¿Como está padre? –En el Cielo, cariño, padre está en el Cielo. Al otro lado respondía una mujer joven y rota de dolor, su madre. El niño se sentó en un sillón, las piernas colgando, y lloró. Allí vio pasar la tarde.
El niño tenía nueve años. Hoy hace veinticinco y desde entonces ni un solo día –ni uno, padre–, he dejado de pensar en ti.
Sé que tú tampoco en mi.
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20 comentarios:
Jo, Néstor, ha de estar orgulloso de ti. Un abrazo!!!
Yo también te mando un abrazo!
Y tan orgulloso... ¡¡Orgullosísssimo!! Otro abrazote más.
Pues yo no voy a ser menos y te mando otro abrazo. Ha de estar orgulloso, si, y con razón!
Es muy conmovedor. Aún sin conocerte mucho, el que hayas confiado esto y que por ende yo lo haya leído, me hace atreverme a mandarte un abrazo.
Jo, Néstor. Cómo me he quedado. Un abrazo [más].
En el aniversario de tal día, un montón de abrazos. Yo sumo otro más. Sin ninguna pereza ;)
Nosotros también estamos orgullosos de ti.
Simplemente, un fuerte abrazo
Uno, dos, tres, cuatro... Madre mía: ¡hasta ocho abrazos! Es más de lo que me merezco.
Muchas gracias a todos y a cada y uno. Seguro que lo sabéis, pero me habéis emocionado.
Sin más, un abrazo. Para pensar, nunca estamos solos, nos aislamos nosotros.
Y seguro que tu padre te acompaña más de cerca que si aún viviera. Y podría decirte que está más vivo que nosotros juntos. Si lo llevas en la mente y en el corazón hasta da un poco de envidia... ¡Un abrazo también!
Yo también quiero hacerte llega un abrazo Néstor! ^^
Gracias de nuevo, Ángel, Patzarella y Ajedrez; de veras, muchas gracias por vuestros abrazos.
Ahora entiendo lo de la "Elegía a Ramón Sijé", ¿recuerdas?: "Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado".
http://patzarella.blogspot.com/2007/05/para-entonces.html
Nueve añitos, qué fuerte.
Llego supertarde, lo siento un montón, me habría encantado verlo antes, pero más vale tarde que nunca.
Se nota que no ha dejado de pensar en ti.
Por cierto, un diez para tu madre. Nada fácil, dar a un chavalín esa noticia.
Gracias Altea. Efectivamente, mi madre se merece un diez, en todo. Ha educado ella sola a cuatro animales y ha sobrevivido. Un diez, en efecto.
Bien, bien, Patzarella: ahora entiendes.
Bueno Nestor, no voy a ser menos, un abrazo de mi parte. Le dices a Pedro que te lo de que lo tienes mas cerca.
Muchas gracias, Pedro. Por esto y por el premio. Gracias de veras.
Hacía unas semanas que no te leía, y me encuentro con esto. Posiblemente es el mejor relato que he leído en mi vida. Estoy llorando porque te conozco y me conozco.
Un abrazo.
Patito
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