jueves, 6 de marzo de 2008

El fracaso

Me preguntó con la mirada y le contesté con un gesto leve, imperceptible, afirmativo. Contundente. Iría a prisión. Tras la comparecencia del 505 [de la Ley de Enjuiciamiento Criminal], era cuestión de minutos. Pasados quince, la juez me hizo entrega de la resolución: prisión provisional, comunicada y sin fianza. Alberto me miró. Aún tenía las manos esposadas. Se dobló entero, con un junco tronchado, hasta apoyar la cabeza en la mesa. No se quejó. Lloró. Temblaba. Por Dios, dijo, dejadme ver a mi hija, por Dios.
–No puedo, de veras, no puedo hacerlo, me dijo la juez en un aparte. Y entonces pensé que a ella le costaba tanto dictar esa orden, como a mi asumirla. Por primera vez comprendí que ellos también sufren. Como yo. Y allí, de pie, a las nueve de la noche, nos vi –a ella y a mi– iguales, frustrados por el fracaso de la humanidad. Por primera vez.

21 comentarios:

Altea dijo...

Creo que voy entendiendo eso de que te salgas a pedalear tan a menudo.

Anónimo dijo...

Morder el polvo uno mismo ya es bastante duro. Pero tener en las manos de uno las posibilidades del prójimo, y no poder ... es como morder el polvo y de paso te aplasten la cabeza.
Cómo hacen Uds. para digerir estas cosas y que no los amarguen?

J. dijo...

Uf, Néstor. Qué navajazo ¿Cómo levanta uno de eso?

Anónimo dijo...

(...)

Como que se encoge el corazón y cuesta respirar.

Buf.

R. Gª. ALDARIA dijo...

No dramaticemos, es la vida, habría que planterase si es justo o no que ese hombre entre en prisión, por muy duro que sea el momento. Por ir de paseo al campo uno no sale esposado.

APELO dijo...

Nestor: sarna con gusto no pica.

Es evidente que te gusta tu trabajo aunque sea agridulce.

Puedes hacer mucho por la gente.

Saludos

Libi dijo...

HUMMMM... no se.... yo necesito que me cuentes toda la historia si no, no se si ese fracaso debe dar lástima o no

Néstor dijo...

Ja, ja, ja, ALTEA, tampoco hay que ponerse melodramáticos: peor lo pasan los que atienden a enfermos terminales, que además no han hecho nada malo... Digo yo.
Pero sí, lo cierto es que a veces se pasa mal, porque somos humanos.
Hum, MILKUS, interesante eso que dices. No obstante, ten en cuenta que el que se va a prisión es mi cliente. Yo puedo pasarlo mal (verlo incluso como una humillación), pero el que duerme en una celda es otro. Y es esa ajeneidad lo que nos hace sobrevivir (entender, más bien, que son problemas ajenos).
J., uno se levanta, se termina levantando, porque no hay más remedio. Porque en tres días hay que recurrir en reforma o en apelación en cinco. Y hay que gestionarle el ingreso en un centro de desintoxicación. E ir a verle... A la fuerza ahorcan, dicen.
Creo que fue aquello que te conté, MARTA. Pero sí que encoge el corazón. A mi me lo encogió ayer cuando la escribía.
RAMÓN, tienes razón, algo habrá hecho. Pero yo hablo del fracaso de una sociedad que ha dejado de dar respuestas y esperanzas a este hombre. A un tipo que tira la vida por la ventana y se ve arrastrado a donde no quería.
APELO, gracias. Lo cierto es que me gusta mi profesión, aunque haya ratos en que me peleo con el mundo.
No puedo DAKY, contarte detalles. Habitualmente, como han dicho antes, cuando alguien ingresa en prisión preventiva es porque hay indicios de que ha cometido el hecho por el que se le va a juzgar. Pero yo no hablo de eso. Hablo del día de antes, de las semanas anteriores, de los años que han pasado antes de llegar a es minuto en que leo el auto de prisión. Eso es el fracaso.

Libi dijo...

Ya se que no puedes, quería decir que aunque según cuentas fue todo muy dramático, como dicen R. Gª. ALDARIA y APELO, por algo sería, digo yo.

Libi dijo...

por cierto, mi vida tambien es un fracaso y nunca he tenido ningún problema con la justicia, así que....

alejops dijo...

Uff, qué trabajo más difícil.

Adaldrida dijo...

ir a donde uno no quería: creo que conb esto has dado en el clavo.

Dulcinea dijo...

La cuestión es si podrá salir de donde se haya metido. Y no me refiero a la cárcel, sinó al lío que lo llevó a la cárcel.
De todas formas, y no te lo tomes a mal, confío poco en los jueces.

Paco Becerro dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Paco Becerro dijo...

Me he pasado en el comentario y lo he borrado. Es que con lo de los jueces, Dulcinea, me descoloca.

Néstor, disculpa el calentón.

Tu cliente irá a la carcel por lo que haya hecho. Es normal que te afecte, dada tu intervención, pero no se pueden separar sus conductas de sus consecuencias, y pese a tu noble labor, los jueces le habrán condenado, sin duda, justamente.

Bueno, yo no lo dudo.

Néstor dijo...

En efecto, DAKY, por algo sería. No obstante, conviene no olvidar que la prisión provisional es una institución muy peculiar, porque metes en prisión a un inocente (porque nadie es culpable hasta sentencia firme). Algo habrá hecho, que los que le acusan tendrán que demostrar.
DAKY-ADDENTA: no me creo que la vida de nadie sea un desastre, ni la tuya.
ALEJOPS, lo verdaderamente difícil no es el trabajo, son las personas. Si trabajara con máquinas, con gallinas o con reactores nucleares sería todo más sencillo.
ROCÍO, en el fondo, nuestros problemas empiezan cuando vamos donde no queríamos (a veces nos llevan, otras vamos solos y sin ayuda).
DULCINEA, espero que salga. Tiene a mucha gente trabajando en ello y me consta que ya ha puesto algo de su parte.
FUTURO BLOGUERO, me he reído mucho con tu primer comentario (habitualmente borro los mails, pero hoy no: no sé por qué). Veamos, mi comentario no es político (a pesar del día después en el que vivimos): como abogado mi confianza en la justicia es mínima. Demasiadas veces me he convencido de que se ha condenado a alguien sin tener todos los datos, sin convicciones objetivas... Puede que fuera culpable y que todos lo supieramos, pero la justicia no funciona por estadísticas, sino por datos objetivos antijurídicos y constatables (y demasiadas veces lo importante son los indicios o los antecedentes penales o la declaración de los policías, parte interesada en muchas ocasiones). Tú lo sabes, como abogado que ejerciste. Insisto, no entro en política; hablo de los jueces como seres humanos, que se equivocan, que dudan, que aciertan... Y te hablo como abogado inconformista, que siempre quiere ganar (hasta en los entrenamientos). Tú sabes de qué hablo.

Libi dijo...

vale.... como es lunes y tal.... está gris, nublado, ventoso y lluvioso.... no pienso replicarte.....
un beso a todos

Paco Becerro dijo...

Pues sí NESTOR, en eso tienes razón.
(también)

Abrazos

Dulcinea dijo...

Me explico: cuando digo que confío poco en los jueces es porque he oído muchas veces a los abogados decir "este juez es contrario a tal cuestión" o "ha tocado el peor juez". Significa pues que las leyes son las mismas pero por buenas, regulares o malas que sean, el ciudadano queda en manos del imaginario de su señoría. No hablo de error humano, sino de libre arbitrio. Eso sin contar los peajes políticos que paga la judicatura en algunas comunidades españolas.

Nodisparenalpianista dijo...

Llego tarde, pero tengo suerte, porque el textoe s bueno, como siempre y los comentatrios tienen jugo.
Pienso en que hay dos temas: justicia y compasión. Nobilísimos ambos. Pero no siempre equilibrados y bien mesurados. Además interfiere el derecho, que es algo que tiende a lo justo, pero que está demasiado pervertido por eso que habéis apuntado: una buena defensa (o un buen ataque) junto con lo de que "toque" un juez adecuado te hace salir del atolladero o meterte de cabeza en él.
Me quedo con la compasión, que es una manera de vivir muy humana y muy cristiana, tremendamente hermosa y que, sin duda, nos hace más justos. Intento serlo siempre más.
Muy bueno, Néstor.

Néstor dijo...

Bien, bien DAKY, todo sea por el lunes lluvioso.
FUTURO BLOGUERO, no hay nada peor que encabronarse por las opiniones ajenas. No sé si me entiendes. Ya te diré algo al respecto.
DULCINEA, en parte tienes razón. Las cosas son así, aunque a menudo no tan exageradas. Fíjate si la ley se fía poco de los jueces, que prevé una doble instancia (y un complicado sistema de recursos).
PIANISTA, siempre eres bienvenido y nunca llegas tarde (llegas a tu hora). Y si dices cosas como estas sobre la compasión, llega todo lo tarde que quieras. Muy de acuerdo contigo, sí.