Los pies fríos, la cabeza fría, las manos frías. Ruidos de los albañiles a escasos metros, abriendo agujeros; catas, decían ellos. Una pared medianera. Polvo, arena, escayola y cemento. Un pleito. Tres peritos. Y el abogado –yo mismo– de pie, en medio de la casa. Conmigo pero sin mi. Más golpes. Frío. Abre aquí también, decían. Vamos a ver cómo está el muro un poco más abajo, decían también. Suciedad. La casa se llenaba poco a poco de polvo. El frío trepaba, atravesaba los zapatos y subía por las piernas. Quieto y aterido, habría huido a cualquier otra parte. Me miré los zapatos. Sucios. Era el colmo del desvalimiento. Cerré los ojos. Suspiré. Y entonces, de la nada, mi cliente me pasó un cepillo por el abrigo. La miré. El gesto me reconcilió con el mundo, con la vida, con el pleito. Volví a la carga:
–¿Es suficiente?
–Creo que sí.
–No me vale. ¿Aguantará o no?
–No lo sé.
–Seguid. Estaremos hasta mañana. Hasta que me deis una contestación.
Me miraron sorprendidos, como al Lázaro resucitado. Había vuelto.
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9 comentarios:
Letrado, muchas veces un pequeño detalle pone las cosas en su sitio y nos da fuerzas para seguir.
Muy bien escrito.
PD.: Espero que hoy vayas a donde tienes que ir...;)
Muy bien, TopLetrado. Y ya que has vuelto, no te vayas :)
MYRIAM, tienes toda la razón. A veces un pequeño detalle (para bien o para mal) pone las cosas en su sitio. Por cierto, no he ido. La semana que viene, espero.
MARTA, esta vez me quedo. Aunque ganas de largarme no me faltan.
Pués quedate que si no tendres mos que ira a buscarte y será peor....)
No entiendo del todo la historia, pero me alegro que todo vuelva o esté volviendo a su lugar.
Que verdad... a veces un pequeño detalle, nos re-coloca.
Abrazos.
"el colmo del desvalimiento. Cerré los ojos. Suspiré. Y entonces, de la nada, mi cliente me pasó un cepillo por el abrigo"
ja,ja,ja... Tampoco me hago mucho a la ídea de que gestión jurídica se trataba pero eso es absolutamenet trabajo de campo.
Benita
¿Era el sitio del otro día? Bien, bien lo de terminar lo que se comienza.
Menos mal, sí, de vez en cuando un detalle pequeñito pequeñito te llena muuuuchooooo...
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