De entre todos los nombres, títulos, merecimientos, regalos y reconocimientos que me han dado en mi vida –justos e injustos– me quedo con uno, el de “Pregonero de la Navidad”. Es el único del que estoy verdaderamente orgulloso, el único que hace valioso el curriculum de mi vida, el único que me hace un poco presentable... El único que me importa. Y tanto que sé que cuando me presente ante san Pedro al final de mis días, desnudo, como los hijos de la mar, me haré llamar así: Néstor, pregonero de la Navidad. Y habrá que quien se sonría allá arriba.
El pasado 19 de diciembre la asociación “El Galán de la Membrilla” me concedió la oportunidad de dar el pregón de Navidad al pueblo de Membrilla. Comenzaron con unos villancicos –Madre, en la puerta hay un Niño– y con la presentación de Paqui, exagerada pero cariñosa (y con un valor añadido que nunca sabré agradecer, pero que la hace doblemente valiosa). Temblando de emoción subí al estrado y anuncié el acontecimiento más grande de la humanidad con palabras torpes e inseguras. ¡Qué extraña mezcla de sensaciones se experimentan entonces! La noche. Oscuridad. El misterio, manoseado por un pobre hombre; balbuceos de quien querría entender, pero no entiende. Ideas lanzadas al viento. Palabras. Y al otro lado, el pueblo silencioso y vigilante, como aquellos pastores de Belén, que dormían ajenos a la Noche Dulce, al Suceso-Por-Encima-De-Todos-Los-Sucesos...
Terminé:
“No quiero terminar sin acudir a la Virgen, a Nuestra Señora, la Madre de Dios, la Virgen del Espino. ‘¿Quién te verá el año que viene?’, le decís cada año, en una súplica de hijo enamorado. ¿Quién te verá, madre, el año que viene? Bienaventurado sea el que te vea, aquí, con los pies esta bendita tierra de Membrilla. Y bienaventurado sea el que, habiendo dejado esta tierra y en compañía de los seres queridos, disfrute de tu presencia en el Cielo, en la casa definitiva.
Sea como fuera, aquí o allá, quiero pediros un favor: que le pidáis a Ella por mí, por este pobre abogado, que ahora además se siente hijo adoptivo de Membrilla.
Muchas gracias y feliz Navidad.”
Y el pueblo estalló en un aplauso que podría ser para el anunciador, pero que eran para el Anunciado. Recogí mi galardón –Pregonero de la Navidad– y lo estreché como a un tesoro, saludé y me uní al aplauso para la Esperanza de las Naciones.
–¿Qué tal? –le dije a mi madre.
–A tu padre le habría gustado –me dijo.
Y eso me basta. Me llena de orgullo.
Gracias Paqui, Pepe, Ricardo y José Carlos, gracias a todos, de veras, por darme la oportunidad de ser alguien, de tener el único título que quiero para mi vida.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
23 comentarios:
Mi nota: Un diez
No seas tan humilde, hombre, que eso también es pecado, creo. Pero no me eches mucha cuenta, que de pecados y virtudes no entiendo demasiado.
Un abrazo
Mi enhorabuena, Néstor. Y muchos recuerdos para todos los de allí.
Vaya emoción. Y tu madre no te digo.
Los de tu chat también te aplaudimos, plas, plas, plas,
Pregonero de Navidad, Enhorabuena, majo.
¡Enhorabuena Sr.letradopregonero! lease aquí una gran ovación :)
Oye, fantástico, me uno al aplauso y ahora te queto ver de corto como un campeón en la SanSilvestre membrillera, a ver qué pasa.
Néstor, y lo menos que podías hacer es asociarte a lo del Membribike, con lo fantasmón que eres en las dos ruedas. Muy chulo lo de los Belenes, por cierto.
Gracias, JOSÉ, por esto y por todo.
TATO, de humildad sé poco y del resto de virtudes aún menos. Abrazos navideños para ti.
ÁNGEL, mil gracias; transmitiré tus recuerdos, que siempre son bienvenidos, ja, ja, ja...
DULCINEA, mi madre es fría y cerebral -ya sabes, viene de familia- así que estuvo como un témpano... Bueno, vale, no es del todo cierto.
MARÍA G., muchas gracias [maja-ja-ja].
MYRIAM, muchas gracias por la ovación (¿para el Anunciado también?).
Hum... PIANISTA, salí ayer un ratillo y hoy pillaré la bici por la tarde, que esta mañana curro (snif).
Un momentito ¿Y ese desaire al título de Topletrado que te otorgó en su día la Bulla?
"Que malo sós", que te diría Mafalda.
Felicidades, por las Fiestas, por el Año Nuevo y por tus méritos y premios.
Uno pequeñito, muy modesto, te lo dejo en mi blog (Butterfly Award), como presente por tu estupendo blog.
ooooooooooooooooooooooh!!., Llego tarde, estoy "in itinere".
Fantástico pregón!!
Feliz Navidad 2008!!!
Cada vez que vengo por aqui me sorprendes Nestor. De diez decimos por aqui! Emocionante! No se si en el cielo habra filas y prioridades pero San Pedro debe tener llaves de alguna puerta lateral...es que te la mereces. Un abrazo navideño! y sigue asi al menos en estas vivencias no cambies para nada! No solo son de intima alegria para ti sino tambien para los que te rodean y los que te leen. Gracias.
¡Feliz Navidad Néstor!
Que no, DULCINEA, que no es un desaire... Es simplemente, que hay cosas que tienen su eco en la otra vida; y lo de ser "el mejor abogado del mundo"... Pues eso... Que no...
CHOCOLATE, muchas gracias por la felicitación y por el reconocimiento (me pasaré por tu página). ¡Feliz Navidad!
BENITA, tú nunca llegas tarde: llega cuando tienes que llegar. Feliz Navidad también para ti y para los tuyos.
LJUDMILA, no sé cómo será el juicio, pero espero ganarlo (aunque sea en apelación, ja, ja, ja). Muchas gracias por tu comentario, aunque lo cierto es que mi mérito es escaso.
Ja, ja, ja... LUISA, no te cortes: di lo que pensabas.
ÁNGEL, aunque pueda parecerlo no me he olvidado de ti... Es que aún no he subido a Madrid (me da miedo el traumatólogo: bueno, en realidad, me da miedo lo que va a sugerir).
Néstor, para el anunciado redoble de tambor, palmas, ovación y fuegos artificiales con una traca final de las que hacen historia.
Snif! Snif! Snif!
Y como remate, el comentario de tu madre, que no es poco.
Ni hablar. No me engatusas. Listo.
Topletrado forever.
Felicidades
Muy emotivo,a mi se me habrían soltado las lágrimas de estar allí...
¿Que te parece si actulizas y nos felicitas el año? :)
Qué honor!
Un besazo y feliz año nuevo, querido Néstor!
Publicar un comentario