Llegué cansado –molido, en realidad– pero sonriente. Ayer, veintisiete días después de que el virus de la gripe tomara el control de mi organismo, me volví a subir en la bici. Siempre es difícil volver y ayer no fue una excepción. Los primeros kilómetros se me pasaron volando, hablando con unos y con otros, repitiendo presentaciones y conociendo a los nuevos. Rodamos rápidos porque el viento era favorable y porque Ricardo había decidido quitarnos las telarañas. Pronto nos metimos en mitad de ningún sitio, tierra y árboles, con el cielo azul arriba y un sol cercano y tímido. A mitad de ruta –en el kilómetro 36– comencé a notar cierta fatiga en las piernas, así que decidí que era hora de dosificar los esfuerzos justo cuando llegamos a una rampa de unos quinientos metros con el 20% y un firme resbaladizo y puñetero. Pude bajarme, como hicieron otros, pero apreté los dientes y tiré para arriba, echando mano del orgullo acumulado durante veintisiete días. Y llegué, creo que hasta con una mueca que podía interpretarse como una sonrisa. Debajo del casco alguien me decía "eres un cretino". No te preocupes, contestaba yo, ahora como algo y me recupero. Sabes que no, decía el otro: ¡cretino!
El resto, la vuelta, se me hizo francamente pesada. Traté de abrigarme con el pelotón, pero me veía tentado con los tirones del grupo de cabeza ("cretino: ¡cretino!"), consumiendo estúpidamente las últimas reservas que debían llevarme de vuelta a Ciudad Real. ¿Cómo vas? Mal, ¿y tú? En las últimas. Pues nos quedan diez kilómetros. Pues eso. Tratamos de evitar el viento en contra dando un rodeo, pero lo inevitable siempre llega, tarde o temprano, así que con la ciudad a la vista me quedé definitivamente sin fuelle, desanimado por unas piernas en huelga de hambre y un siroco que me secó la esperanza. Solo Carlos y su promesa de unas cervezas fresquitas en El Tragón me animaron un poco. Y llegué, me temo que más por las cervezas que por mis piernas o el orgullo (en busca y captura, desde entonces).
Veintisiete días después, he vuelto.
El resto, la vuelta, se me hizo francamente pesada. Traté de abrigarme con el pelotón, pero me veía tentado con los tirones del grupo de cabeza ("cretino: ¡cretino!"), consumiendo estúpidamente las últimas reservas que debían llevarme de vuelta a Ciudad Real. ¿Cómo vas? Mal, ¿y tú? En las últimas. Pues nos quedan diez kilómetros. Pues eso. Tratamos de evitar el viento en contra dando un rodeo, pero lo inevitable siempre llega, tarde o temprano, así que con la ciudad a la vista me quedé definitivamente sin fuelle, desanimado por unas piernas en huelga de hambre y un siroco que me secó la esperanza. Solo Carlos y su promesa de unas cervezas fresquitas en El Tragón me animaron un poco. Y llegué, me temo que más por las cervezas que por mis piernas o el orgullo (en busca y captura, desde entonces).
Veintisiete días después, he vuelto.
El teté de la course, en mitad de no sé qué sitio. Ya siento la pose, pero es que estaba limpiando el cambio de barro.
21 comentarios:
A veces me das miedo, Letrado.
¿Qué me llevo de premio, darling?
Eso es una buena noticia ¿no? Lo de que hayas vuelto, digo. Y lo de las cervezas.
Las piernas flojas sólo necesitan un poco más de entrenamiento. Y de cerveza ¡jaja!
PS.- si veo a tu orgullo, trataré de mandártelo de vuelta. Si es que se deja.
Es que la gripe desarma al más guerrero.
Yo porque estoy casada, si no te diría ¡buen culo! ja, ja.
Qué descarada!
Un beso.
Pegarse una buena paliza en bici es uno de los mejores antídotos que conozco como válvula de escape. Es justo y necesario; y las cervezas de después en buena compañía, resucitadoras.
DULCINEA, no te preocupes, llegaré a viejo (o no, pero habré vivido bien, ja, ja, ja...). Hum... De premio... Veamos: ¿qué tal un jabalí asado?
MARTA, desde luego que mi retonno es una buena noticia (y las cervezas, ja!). Mi orgullo volvió a casa por la noche, al abrigo de la oscuridad (canalla de él).
PARSIMONIA, ja, ja, ja... Nada, nada, no le diré nada a tu marido. Es curioso, por cierto, lo frágiles que podemos llegar a ser: un virus, una pequeña enfermedad, nos tumba por completo.
JUAN LUIS, no lo dudes. Después de una buena salida en bici solo piensas en la siguiente. Y las cervezas (¡uf!)... Es de lo mejorcito en esos momentos
O sea, que tú te pegas esas palizas bicicleteras para luego darle a las birritas. Te informo que puedes ir de birras directamente sin pasar por el sofocón de la bici ;)))
El jabalí asado no mola. Vivo todavía, para llevármelo al trabajo, je, je, je,
Yo estoy contento con seguir sin fumar, con acudir casi todas las mañanas bien temprano al gimnasio, con ir bajando peso poco a poco, por no engordar pese a haber dejado el fumeque, por poder comer cosas ricas siempre que puedo aunque sean de engorde, y a mi no me engorden gracias a ese ejercicio que hago ya de forma habitual...
Pero sobre todo, porque no llego al límite de sufrir. Me llama la atención el que sigue y se sobrepone al dolor, como en tu caso, que nos cuentas excursiones tremendas, duras, maravillosas sin duda, y seguro que compensan, pero, quizás por mi Lazy blog, me dan un poco de pereza... salvo en ti, que casi me haces disfrutarlas desde el sillón de la oficina.
Merecidas cervezas, indudablemente.
Yo salgo a correr por las mañanas y por la noche voy al gym. Y, tal como salgo del gym, me como un dulce!! O me he ido de senderismo y luego me he dado una buena comilona ... Vamos que veo totalmente compatible la bici con tomarse una cervezas ;)
P.D.: Genial la pose; se agradece a estas horas de la mañana...
vaya... no me extraña que el orgullo esté en busca y captura... es el enemigo público (y privado) numero uno!! jejejeje
Lo de las bicis y el esfuerzo sobrehumano no lo entiendo, bueno, o si..... porque lo bien que duermes ese dia.... juajuajaua
Seguro que fuen un día estupendo.
De la foto, anda que no habria paisajes, como decirlo,más discretos por ejemplo ja ja ja
No, DULCINEA, te equivocas: las cañas son el premio. Hay que ganarse las cosas, no basta con encontrárselas. Todo cuesta esfuerzo. Y cuánto más esfuerzo, mejor es la recompensa. El problema de los muchachos de ahora es que les hemos vendido el éxito fácil, sin coste alguno. Y les hemos mentido. Las cervezas hay que ganárselas.
FUTURO BLOGUERO, estoy seguro de que tú te das caña en el gimnasio. Y que cada vez te das o te darás más caña, porque ves que poco a poco aguantas más. No obstante ten en cuenta que los ciclistas somos muy fanfarrones, ja, ja, ja...
ROSALÍA, esta vida son cuatro días, así que por qué no darnos un homenaje de vez en cuando, ja, ja... No sé qué ejercicio harás en el gimnasio, pero recuperar azúcar y sales después del ejercicio no está mal. Y es con un dulce... Pues eso.
Pero MARÍA, ¡te tenía por una deportista de élite! Los esfuerzos sobrehumanos no son buenos. Pero tampoco es bueno el orgullo... Y vivo con ambos.
MYRIAM, si es que la foto me han facilitado los de la peña... Miraré si hay más, que ya veo que esta no tiene éxito, ja, ja...
Pero hombre, Néstor, a estas alturas. Estamos de acuerdo en lo del esfuerzo y todo eso. Pero en lo de echar el bofe, qué quieres que te diga, pienso que el deporte es muy peligroso para la salud.
SETENTA Y TANTOS KM recién licenciada la gripe!. Creo que el sentido común salió afectado...
Coincido que el orgullo es un gran motor. Si bien no es el más noble, a veces cuando no es un obstáculo, es bastante práctico.
Las cervezas fresquitas son un buen aliciente pero ni por cervezas fresquitas ni una megatarjeta regalo del Corte Inglés sería capaz de rodar 75 km!!
Qué barbaridad!
Acabo de entender lo de la foto, es que soy un poco lenta, es para señalar al zona exacta donde tienes mialgia diferida ósea agujetas después de 75 kilómetros ¿no? :)
Ja, ja, ja... DULCINEA, te veo ágil en las respuestas (sabía que entrarías al trapo). No obstante, no olvides que el deporte es salud.
BENITA, en realidad creo que finalmente fueron sesenta y tantos kilómetros. El caso es que como vas en un grupo grande (en pelotón), hablando con la gente, se te pasa rápido. Sufres, como todo hijo de vecino, pero te lo pasas en grande. Hum... ¿De veras no lo harías por una tarjeta regalo de El Corte Inglés?
MYRIAM, ja, ja, ja... La foto... Bueno, es que salió así. Aprovecharon que estaba agachado limpiando el desviador para echar la foto. No pretendo insinuar nada. De hecho, curiosamente, no he sufrido agujetas...
¡Ese culito que no me lo toque nadie! Je,je,je,je
Me he detenido en mirar bien la foto, y ahora caigo en lo del culo de Néstor. Sería magnífico para jugar a dardos. Una buena diana.
Ibas a adelantar al pelotón pero sin necesidad de bici, jua, jua, jua,
Sí Dulci, a propulsión... ja ja ja ja
Aviso: el domingo 1 de marzo, Néstor cumplirá ... años. Hay que felicitarle. Además, cumpliendo esos años, cambia de horquilla a efectos estadísticos...
juajuajua de élite!!! como no sea porque lo veo desde el palco!!!! jajajajaja (ni eso!!) juajuajuajuajua
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